"Yo quería cremar el cuerpo de mi papá", contó Felipe Fort
Eran la voces más esperadas. La muerte de Ricardo Fort generó incertidumbre en cuanto al futuro de sus hijos, Felipe y Martita, mellizos de nueve años. Ahora ambos deberán vivir con Gustavo Martínez, quien fuera pareja del millonario.
"Un padrino es como un segundo papá", comentó Felipe, a lo que Martita agregó: "Yo quiero a Gustavo tanto como a mi papá". Él, emocionado, respondió: "Yo sentía que tenía tres hijos: los chicos y Ricardo. Él me pedía que lo acompañe a dormir, buscaba contención, no quería dormir solo, así que yo me quedaba con él".
El adiós no fue fácil para nadie, y menos para ellos. El varón todavía lo necesita: "Extraño muchas cosas de papá: por ejemplo sus abrazos, sus ronquidos. Siempre a la noche se lo oía. A veces me decía: 'Quedate acá conmigo, haceme masajes, vení conmigo acá'", confesó en América.
De repente, como asumiendo la responsabilidad y posicionándose en el lugar de su padre, agregó: "Yo lo quería cremar. Su alma ya no está en ese cuerpo, así que ya no vale. Cuando ves morir a alguien, te queda el recuerdo".
Más allá de la presencia de Gustavo, el familiar más directo que encuentran es Marta, madre de Ricardo. Sin embargo, la relación no parece ser la mejor: "Nos llevamos bien... Pero me parece que no sabe cuántos años tenemos, porque yo tengo nueve y me regala cosas de Mickey Mouse, je".
Por último, un pequeño cruce de palabras entre los hermanos pintó de cuerpo entero la relación con su abuela:
Felipe: "Lo único que me gustó que me trajo fue la Play 3"
Martita: "¡Porque le dijo Gustavo que te gustaba!".