Ricardo Fort habla de la salud de su hija: "Está en China por un tratamiento"

Martita, de 7 años, viajó al país oriental por un mes para internarse en una clínica.Ciudad.com habló con el mediático artista. ¿Qué le pasó a la heredera del millonario? ¿Por qué no la acompañó él?





Ricardo Fort habló en exclusiva con Ciudad.com sobre un tema delicado: la salud de Martita, su hija de siete años. El mediático artista se puso serio y contó detalladamente el tratamiento al que su pequeña se está sometiendo en una clínica de Pekín, China, a 19.000 kilómetros de Buenos Aires.
-¿Por qué está tu hija Martita en China?
-Mirá, prefería no hablar del tema, pero salió a la luz. Ella al nacer tuvo una leve hemiparesia, que es una parálisis en medio cuerpo. Eso fue porque por unos pocos segundos no le llegó oxígeno al cerebro en el momento del parto (N. de la R. en el que también nació su hermano mellizo, Felipe) y se le murieron algunas células. Entonces, gracias al padre de Micaela Cortizo, una nena ciega que mandé a hacer un tratamiento con células madre a China y que ya está pudiendo comenzar a ver, me enteré que Martita también podía mejorar.
-¿En qué consiste el tratamiento?
-Son seis aplicaciones de células madre, más kinesiología, natación y otro tipo de rehabilitación. Va a estar un mes allá y con eso se cura completamente. Quedará como si hubiera nacido sin ningún problema. Estoy muy feliz con eso.
-¿Con quién viajó?
-Está con su niñera, que es como su madre, y con su padrino.
-¿Vos la vas a acompañar?
-Yo no puedo viajar. Tengo compromisos con el teatro y recién podía ir a fin de año, pero preferimos no esperar tanto. De todos modos ella está muy bien con la gente que viajó.
-¿Te comunicaste con ella?
-Sí. Hablé y me dice "no quiero que me hagan más eso". Yo le explico que es para bien de ella y que en el futuro no va a tener problemas.
-¿Qué tipo de tratamientos se hacía en nuestro país y por qué no pudo completarlos acá?
-Acá sólo se hacía rehabilitación y en China se hacen los tratamientos con células madre, en diferentes clínicas. Yo también mandé a Daniel Ferrero, un chico al que balearon a los 18 años, que está en silla de ruedas, y estoy seguro que va a volver caminando. Allá hay muchas clínicas en las que se hacen este tipo de tratamientos. Por eso decidí mandar a mi hija allá, es por su salud.

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